Estamos acostumbrados a ver imágenes de campos fotovoltaicos alumbrados por un sol radiante, a recibir datos de estudios que contemplan el rendimiento de las instalaciones fotovoltaicas en los meses de largas horas de sol al día, … Pero, ¿qué ocurre durante el invierno?
Como ya sabemos, la radiación solar es menos duradera durante estos meses debido a la posición de la tierra con respecto al sol y su intensidad también disminuye.
A pesar de todo, no son sólo estos parámetros los que debemos tener en cuenta para optimizar el rendimiento de nuestra instalación de diciembre a marzo.
Hoy os queremos dejaros varios consejos e información que seguro os será útil para realizar los cálculos y utilizar los productos adecuados en instalaciones que vayan a ser utilizadas en los meses más fríos del año:
1º Radiación solar
Como hemos comentado, el primer factor que afecta a las instalaciones en invierno es la disminución de las horas de sol durante el día.
Como ejemplo, tomamos las horas de sol en la provincia de Cáceres durante los meses de enero y julio (datos del Ministerio de Fomento) y observamos que, aproximadamente, la media de horas de sol al día durante enero es de 9h y 55 min., mientras que durante el mes de junio es de 14h y 42 mins.
Producción mensual de una instalación fotovoltaica
Por ello es importante que, en caso de que el uso de la instalación se de durante esta época del año, la dimensionemos de forma que sepamos que la producción durante las horas de sol será suficiente para nuestras necesidades.
2º Inclinación de los módulos para el uso de la instalación
Otro aspecto a tener en cuenta antes de realizar la instalación es que grado de inclinación tendrán los módulos fotovoltaicos.
El ángulo con el que inciden los rayos de sol sobre la tierra durante las diferentes estaciones es diferente y debemos saber como adaptar los paneles a dicho ángulo de dos maneras:
- Estableciendo su inclinación dependiendo al ángulo de radiación durante el invierno, en caso de que el uso vaya a ser mayoritario durante esta época del año.
- Instalándolos sobre una estructura móvil que nos permita adaptar la inclinación de los módulos al ángulo de cada mes/estación.
Diferencia del ángulo de incidencia de los rayos solares dependiendo de la estación del año
3º Instalaciones exteriores: Precaución con entrada de agentes externos
La protección debe ser alta para proteger equipos como inversores, reguladores de carga, … ante agentes climatológicos como lluvia, nieve o polvo debido al alto nivel de viento, que pueden llegar a dañar los componentes internos de los equipos.
Importancia del grado de estancamiento. Fuente: Fronius Energy
Para ello, debemos fijarnos en la IP del equipo, un estándar internacional de protección que nos indica el nivel de estancamiento ante polvo y agentes líquidos. En nuestra guía técnica puedes encontrar más información sobre el tipo de protección dependiendo del número de IP del que disponga.
4º Capa de nieve encima de los módulos
En cuanto a la nieve, tan habitual durante los primeros meses del año, el estudio previo a la instalación también debe de tener en cuenta dos aspectos importantes:
El primero es la cantidad de nevadas que pueden darse en la localización de la instalación. Si estas son habituales o abundantes, el instalador debe de tener en cuenta o avisar al cliente final de que se debe realizar una revisión de los módulos fotovoltaicos tras las nevadas.
Esto nos permite saber si estos están cubiertos por la nieve y poder eliminarla de la superficie. ¿Por qué lo hacemos? Esta merma la eficacia de los paneles al cubrir parcial o totalmente los captadores.
El segundo está dirigido a estructuras colocadas sobre el suelo. El estudio previo también debe prever que debemos colocar los paneles a una altura a la que sepamos, al menos de forma estadística, que la nieve no va a alcanzar para evitar acumulaciones encima de dichos módulos.
La nieve sobre los módulos fotovoltaicos puede suponer un descenso de la eficiencia de producción en una instalación
5º Congelación del líquido de las baterías
Aunque no es muy común, el líquido interno de algunos modelos de baterías que utilizamos en las instalaciones solares puede congelarse (en temperaturas menores de 60ºC) y se produce especialmente cuando la descarga de dichos equipos es profunda.
Por ello, hay que evitar que la descarga en días de frío extremo sea intensiva.
Además, hay que tener también en cuenta que la capacidad de las baterías aumenta conforme aumenta la temperatura y viceversa y no dispondremos de tantos Ah en días de invierno como lo haremos en verano.
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