La posibilidad de desperdiciar la mínima cantidad posible de la energía producida es una de las grandes ventajas de la fotovoltaica. Esto se debe a que la instalación puede realizarse justo en el lugar de consumo, lo que reduce casi hasta 0 las pérdidas por transporte, o a que permite el uso de baterías para almacenar sus excedentes.
Desde hoy, disponemos de una nueva opción para aprovechar el excedente de producción de nuestra instalación: El Fronius Ohmpilot.
¿Cómo lo consigue?
Habitualmente, la solución que utilizamos para no derrochar el excedente de producción en una instalación son las baterías, que permiten almacenar la energía sobrante para ser utilizada en casos de producción nula o insuficiente de la instalación.
El OhmPilot de Fronius realiza una función similar, aunque su “modus operandi» se basa más en el uso directo de los excedentes de producción.
Este pequeño equipo se instala siempre junto al Fronius Smart Meter, el cuál avisa del momento en el que disponemos de energía sobrante dentro de la instalación. La conexión entre ambos es muy sencilla y altamente intuitiva.
El Ohmpilot utiliza dicha energía para usarla en sistemas de calentamiento de agua y así evitar utilizar los sistemas de los que siempre se ha nutrido este tipo de equipos, como fuentes de gas o la quema de madera o pellets, más contaminantes que la generación fotovoltaica.
Dependiendo del momento del año en el que nos encontremos, el aprovechamiento del Ohmpilot es mayor.
Durante los meses fríos, de octubre a marzo, la producción fotovoltaica permite que el calentamiento a través de los excedentes suponga un apoyo a los sistemas convencionales de calentamiento, sobre los que se consigue reducir el esfuerzo que realizan a diario, alargando así su vida útil.
La situación cambia cuando, durante los meses con más horas de luz (entre abril y octubre), el calentamiento del agua se puede realizar directamente desde el Ohmpilot, que hasta sirve de solución de almacenamiento al poder mantener el agua a la temperatura deseada de forma continua y aprovechar el excedente en su totalidad.
Todas estas funciones suponen una reducción considerable del gasto energético y de emisiones de CO².
¿A qué esperas a probarlo?
¡Síguenos!